Puerto seguro

Su vida estaba a la deriva, no era dueña de si misma y bondadosamente el creador de todas las cosas la manda a puerto seguro. Llega y se desploma, duerme durante uno o dos meses. El exterior parecía la reencarnación de la tristeza y por dentro estaba un poco muerta, el punto era que el alma vagaba fuera de su cuerpo, lejos de donde el corazón aun latia...ahí encontraría otra vez Alma...
Sin voluntad, el instinto es quien sabiamente la lleva donde la esperaban dos ángeles, pues es sostener a ésta desvalida, parte de su misión en la tierra; darle abrigo, abrirle los brazos sin preguntar...