Confieso que no me hace muy felíz lo que vislumbro. Ha sido lento, pero nos estamos construyendo esas Islas amazónicas... y no estoy segura del todo, de estar satisfecha de presenciar ese adelanto...
Hace tiempo me quejaba de las nalgadas y repegones en los transportes públicos, —como la mayoría de las mujeres—, por considerarlas faltas de respeto y por demás molesto.
Las cosas han cambiado. Hombres y Mujeres, en la Ciudad de México, deben viajar por separado en los vagones del metro en horas *pico* . Y ya contamos con camiones exclusivos para mujeres. No he podido subirme a uno de esos transportes, cuando los veo. Algo me detiene.
Me gustó que traigan los camiones espectaculares leyendas y retratos de Mujeres reconocidas de la Revolución. Que se haya logrado un avance en cuanto a seguridad, en especial por cuestiones de tipo sexual y de evitar asaltos y robos.
Pero me abruma la nostalgia. Fui a una Escuela Primaria mixta. Lo opuesto me fascina. O será mi maldita y arraigada costumbre de enseñorearme en la melancolía ?
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