Friday, June 29, 2007

En la ventana al mar
















Este fin de semana, oleré la brisa, me sentaré a mirar las gaviotas en su vuelo, el oleaje tierno que esconde una inmensidad, esperaré el horizonte al ponerse el sol, solo por admirar un cromático y siempre único atardecer

Saturday, June 23, 2007

La China Mendoza en la Esquina de la Democracia, donde comienza la Patria











Alfonso Arambula, China Mendoza, Peggy Bonilla y Víctor Galicia

















La escritora y periodista dijo muchas cosas en su visita a Ensenada. Recordó a Colosio y su artero asesinato, manifestó que ha sido como una maldición para los mexicanos, y en penitencia bajo el yugo del actual gobierno...
Se declara libertaria, revolucionaria y orgullosamente priista.
Recibió un reconocimiento por parte de la Agrupación Esquina de la Democracia, que consta de una obra en fondo rojo, del escultor Alfonso Arambula.


Toastmaster Cultural 20 mujeres

Martha Canto de Silva, María Luisa Mendoza y Concepción González

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Friday, June 22, 2007



















Dicen que los poetas son locos

¿Lo entenderé algún día?

no encuentro mi razón

la he perdido

Wednesday, June 20, 2007

¨Polvo negro¨

En otras vidas tuve un sueño,

sólo uno: estar aquí

Esta tierra es mi tierra

Polvo soy, ciclo vital. Volví.

Puso el celular en despertador, pues supo que el día de mañana andaría como caballo lechero, lento y cabizbajo. Sonó la hora programada y se levantó. Salió sin lavar dientes ni cara por miedo a “torcerse”. Total, de mugroso nadie se muere, al menos eso creyó. ¿Seguiría dormido? Parecía que soñaba. La calle estaba desierta, limpísima como jamás la vio. Bueno, pero además no era su ciudad. ¿Dónde estaba, en qué momento viajó ahí? ¿Seguía dormido y era un vívido ensueño? Avanzaba, las botas parecían adheridas a su piel, no recordaba cuándo las abrochó y ni siquiera haberlas comprado. — ¿Qué jugarreta mental era aquella?— La confusión iba a hacerlo desmayar. Volteó hacia todos lados, buscando, sin encontrar a nadie. Creía estar solo en la ciudad. La explanada era inmensa, y eso agrandaba aún más el desconcierto.

Con un ápice de cordura captó el ambiente como inadecuado a su vestimenta que apenas si descubría, negra, imitación piel, delgada, sin provocarle alteración en la temperatura; dubitativo, bueno, no había tiempo para eso, descubriendo, llenándose de recuerdos… —¿qué actividad era aquella?— …el recuerdo…

Los cristales polarizados de los edificios le devolvieron una imagen y ya no pudo más. Había vuelto a suceder. Aquella vorágine que lo arrastraba al pasado, a donde no quería volver, y sucedió nuevamente. El era de otra dimensión. Escaló un nivel de conocimiento, crístico si se quiere. ¿Entonces, porqué no comprendía?

Se abrió una ranura en el techo que parecía cielo. Terminó la luz, y la oscuridad le hizo recobrar la conciencia. El infinito… Ah, por fin entendía. Otra vez esas regresiones a la vida terrena. Tardó mucho para poder acostumbrarse a ellas; él ya no era del mundo. Había lavado su cara sin fijarse en aquél cordón fatal, conductor de energía.

La ráfaga del viento que lo llevaría lejos, llegó, y él, se dejó transportar… ! Cuánta libertad !

Polvo oscuro en mil direcciones…

Tuesday, June 19, 2007

Friday, June 15, 2007

A casi 100 años. Pensamientos de Flores Magón.

A la mujer

Compañeras: la catástrofe está en marcha, airados los ojos, el rojo pelo al aire, nerviosas las manos prontas a llamar a las puertas de la patria. Esperémosla con serenidad. Ella, aunque trae en su seno la muerte, es anuncio de vida, es heraldo de esperanza. Destruirá y creará al mismo tiempo; derribará y construirá. Sus puños son los puños formidables del pueblo en rebelión. No trae rosas ni caricias: trae un hacha y una tea.

Interrumpiendo el milenario festín de los satisfechos, la sedición levanta la cabeza, y la frase de Baltasar se ha convertido con los tiempos en un puño crispado suspendido sobre la cabeza de las llamadas clases directoras.

La catástrofe está en marcha. Su tea producirá el incendio en que arderán el privilegio y la injusticia. Compañeras, no temáis la catástrofe. Vosotras constituís la mitad de la especie humana, y, lo que afecta a ésta, afecta a vosotras como parte integrante de la humanidad. Si el hombre es esclavo, vosotras lo sois también. La cadena no reconoce sexos; la infamia que avergüenza al hombre os infama de igual modo a vosotras. No podéis sustraeros a la vergüenza de la opresión: la misma garra que acogota al hombre os estrangula a vosotras.

Necesario es, pues, ser solidarios en la gran contienda por la libertad y la felicidad. ¿Sois madres? ¿Sois esposas? ¿Sois hermanas? ¿Sois hijas? Vuestro deber es ayudar al hombre; estar con él cuando vacila, para animarlo; volar a su lado cuando sufre para endulzar su pena y reír y cantar con él cuando el triunfo sonríe. ¿Que no entendéis de política? No es ésta una cuestión de política: es una cuestión de vida o muerte. La cadena del hombre es la vuestra ¡ay! y tal vez más pesada y más negra y más infamante es la vuestra. ¿Sois obreras? Por el solo hecho de ser mujer se os paga menos que al hombre y se os hace trabajar más; tenéis que sufrir las impertinencias del capataz o del amo, y si además sois bonita, los amos asediarán vuestra virtud, os cercarán, os estrecharán a que les deis vuestro corazón, y si flaqueáis, os lo robarán con la misma cobardía con que os roban el producto de vuestro trabajo.

Bajo el imperio de la injusticia social en que se pudre la humanidad, la existencia de la mujer oscila en el campo mezquino de su destino, cuyas fronteras se pierden en la negrura de la fatiga y el hambre o en las tinieblas del matrimonio y la prostitución.

Es necesario estudiar, es preciso ver, es indispensable escudriñar página por página de ese sombrío libro que se llama la vida, agrio zarzal que desgarra las carnes del rebaño humano, para darse cuenta exacta de la participación de la mujer en el universal dolor.

El infortunio de la mujer es tan antiguo, que su origen se pierde en la penumbra de la leyenda. En la infancia de la humanidad se consideraba como una desgracia para la tribu el nacimiento de una niña. La mujer labraba la tierra, traía leña del bosque y agua del arroyo, cuidaba el ganado, ordeñaba las vacas y las cabras, construía la choza, hacía las telas para los vestidos, cocinaba la comida, cuidaba los enfermos y los niños. Los trabajos más sucios eran desempeñados por la mujer. Si se moría de fatiga un buey, la mujer ocupaba su lugar arrastrando el arado, y cuando la guerra estallaba entre dos tribus enemigas, la mujer cambiaba de dueño; pero continuaba, bajo el látigo del nuevo amo, desempeñando sus funciones de bestia de carga.

Más tarde, bajo la influencia de la civilización griega, la mujer subió un peldaño en la consideración de los hombres. Ya no era la bestia de carga del clan primitivo ni hacía la vida claustral de las sociedades del Oriente; su papel entonces fue el de productora de ciudadanos para la patria, si pertenecía a una familia libre, o de siervos para la gleba, si su condición era de ilota.

El cristianismo vino después a agravar la situación de la mujer con el desprecio a la carne. Los grandes padres de la Iglesia formularon los rayos de su cólera contra las gracias femeninas; y San Agustín, Santo Tomás y otros santos, ante cuyas imágenes se arrodillan ahora las pobres mujeres, llamaron a la mujer hija del demonio, vaso de impureza, y la condenaron a sufrir las torturas del infierno.

La condición de la mujer en este siglo varía según su categoría social; pero a pesar de la dulcificación de las costumbres, a pesar de los progresos de la filosofía, la mujer sigue subordinada al hombre por la tradición y por la ley. Eterna menor de edad, la ley la pone bajo la tutela del esposo; no puede votar ni ser votada, y para poder celebrar contratos civiles, forzoso es que cuente con bienes de fortuna.

En todos los tiempos la mujer ha sido considerada como un ser inferior al hombre, no sólo por la ley, sino también por la costumbre, y a ese erróneo e injusto concepto se debe el infortunio que sufre desde que la humanidad se diferenciaba apenas de la fauna primitiva por el uso del fuego y el hacha de sílex.

Humillada, menospreciada, atada con las fuertes ligaduras de la tradición al potro de una inferioridad irracional, familiarizada por el fraile con los negocios del cielo, pero totalmente ignorante de los problemas de la tierra, la mujer se encuentra de improviso envuelta en el torbellino de la actividad industrial que necesita brazos, brazos baratos sobre todo, para hacer frente a la competencia provocada por la voracidad de los príncipes del dinero y echa garra de ella, aprovechando la circunstancia de que no está educada como el hombre para la guerra industrial, no está organizada con las de su clase para luchar con sus hermanos los trabajadores contra la rapacidad del capital.

A esto se debe que la mujer, aun trabajando más que el hombre, gana menos, y que la miseria, y el maltrato y el desprecio son hoy, como lo fueron ayer, los frutos amargos que recoge por toda una existencia de sacrificio, El salario de la mujer es tan mezquino que con frecuencia tiene que prostituirse para poder sostener a los suyos cuando en el mercado matrimonial no encuentra un hombre que la haga su esposa, otra especie de prostitución sancionada por la ley y autorizada por un funcionario público, porque prostitución es y no otra cosa, el matrimonio, cuando la mujer se casa sin que intervenga para nada el amor, sino sólo el propósito de encontrar un hombre que la mantenga, esto es, vende su cuerpo por la comida, exactamente como lo practica la mujer perdida, siendo esto lo que ocurre en la mayoría de los matrimonios.

¿Y qué podría decirse del inmenso ejército de mujeres que no encuentran esposo? La carestía creciente de los artículos de primera necesidad, el abaratamiento cada vez más inquietante del precio del trabajo humano, como resultado del perfeccionamiento de la maquinaria, unido todo a las exigencias, cada vez más grandes, que crea el medio moderno, incapacitan al hombre económicamente a echar sobre sí una carga más: la manutención de una familia. La institución del servicio militar obligatorio que arranca del seno de la sociedad a un gran número de varones fuertes y jóvenes, merma también la oferta masculina en el mercado matrimonial. Las emigraciones de trabajadores, provocadas por diversos fenómenos económicos o políticos, acaban por reducir todavía más el número de hombres capacitados para contraer matrimonio. El alcoholismo, el juego y otros vicios y diversas enfermedades reducen aún más la cifra de los candidatos al matrimonio. Resulta de esto que el número de hombres aptos para contraer matrimonio es reducidísimo y que, como una consecuencia, el número de solteras sea alarmante, y como su situación es angustiosa, la prostitución engrosa cada vez más sus filas y la raza humana degenera por el envilecimiento del cuerpo y del espíritu.

Compañeras: este es el cuadro espantoso que ofrecen las modernas sociedades. Por este cuadro veis que hombres y mujeres sufren por igual la tiranía de un ambiente político y social que está en completo desacuerdo con los progresos de la civilización y las conquistas de la filosofía. En los momentos de angustia, dejad de elevar vuestros bellos ojos al cielo; ahí están aquéllos que más han contribuido a hacer de vosotras las eternas esclavas. El remedio está aquí, en la Tierra, y es la rebelión.

Haced que vuestros esposos, vuestros hermanos, vuestros padres, vuestros hijos y vuestros amigos tomen el fusil. A quien se niegue a empuñar un arma contra la opresión, escupidle el rostro.

La catástrofe está en marcha. Jiménez y Acayucan, Palomas, Viesca, Las Vacas y Valladolid son las primeras rachas de su aliento formidable. Paradoja trágica: la libertad, que es vida, se conquista repartiendo la muerte.

(De Regeneración, 24 de septiembre de 1910).

Feliz cumpleaños Patty

Tuesday, June 12, 2007

El comedor de pecados


Ese día, —ese mal día—, Dios me perdió. Nos perdimos uno al otro. Se quedaba con los brazos cruzados. Y yo sin estar al tanto de nada, lo sabría tiempo después por boca de mi hijo. Tampoco a él nadie se lo dijo; porqué y quién habría de hacerlo, si tan sólo era un niño cuando vio las fotos de la boda de su padre abrazado a la que dejó de ser concubina, y a quien santificaba el propio tío clérigo; total, la ley de los hombres era corrompible, por qué no la del cielo…

—Oye Dios, yo estaba de tu lado! Si un hijo o dos, no es suficiente razón para impedir un matrimonio ¡joder! Para que enseñan tal cosa. Apuñalado por su amado padre, —herida que trae consigo—, nubló sus días y yo callé para siempre, en el preciso momento no tuve oportunidad de hablar. No supe de los hechos hasta después. ¿Qué habría dicho? Qué es lo que dice una madre cuando el padre lastima de esa manera a un tierno niño y le rompe el alma para siempre.

¿Qué digo ahora para calmar su pena?

— Nunca me responderá ese omnipotente Dios… Ni tan sabio, ni tan bondadoso. Ama el dolor, y más si es ajeno, por eso lo predicó a raudales: “Pon la otra mejilla”

Este hijo, —después del golpe—, está a su semejanza, crucificado en el dolor, pero a diferencia él no es Dios, ni tiene su bondad ni su sabiduría, es únicamente mi amado hijo, por tal soy una madre llena de impotencia y el desconsuelo en su corazón suele serme más insufrible, hasta desalmado…

Y yo a él, a ese Dios, tampoco se lo perdono… Descuida, aquí no hay lágrimas, callé para siempre, pues me quitaron la oportunidad de impedimento. Quisiera felicitarlos pero no puedo…

“Hasta que la muerte los separe, como lo manda la Santa Iglesia Católica Apostólica, Romana y Guadalupana”

Sunday, June 10, 2007


Soy la que va tras el milagro. Esencia girasol.

Saturday, June 09, 2007

Ramón López Velarde

ENVÍO

A ti, con quien comparto la locura
de un arte firme, diáfano y risueño;
a ti, poeta hermano que eres cura
de la noble parroquia del Ensueño;
va la canción de mi amoroso mal,
este poema de vetustas cosas
y viejas ilusiones milagrosas,
a pedirte la gracia bautismal.

Te lo dedico
porque eres para mí dos veces rico;
por tus ilustres órdenes sagradas
y porque de tu verso en la riqueza
la sal de la tristeza
y la azúcar del bien están loadas.


Thursday, June 07, 2007

Antecedentes del Periodismo. Francisco Zarco

“….No escribas como periodista, lo que no puedas sostener como hombre”

Político, periodista e historiador de la época de la Reforma. Nace en la ciudad de Durango en 1829 y muere en 1869. Sus estudios están basados en el auto didactismo, aunque estudió idiomas en el Colegio de Minas, Derecho, Teología y Ciencias Sociales; de cuyos conocimientos dio prueba en sus escritos y discursos.

Desde muy joven se mostró como escritor, orador y disertador. En 1847, en la ciudad de Querétaro, ocupó su primer cargo en el ministerio. Poco después pasó Zarco a la ciudad de México; comenzó a escribir en los periódicos, artículos de combate. Escribió en El Siglo XIX, del que llegó a ser redactor en jefe y donde hizo una labor que los historiadores consideran necesaria para la realización de la Reforma; escribió también en El Demócrata, el Monitor Republicano y fundó un periódico propio, Las Cosquillas.

Logró una buena educación literaria. En 1847 el ministro don Luis de la Rosa, llamó a Zarco para que desempeñara un importante puesto en El Ministerio. En 1848 fue nombrado oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores. También iniciaba su actividad como periodista, colaborando en el diario "El Demócrata". Crítico del sistema, escribió en contra del general Mariano Arista, y fue perseguido. Posterior a ello se adhirió al Plan de Ayutla, y resultó electo diputado. Durante su estancia en la Cámara, escribió las más notables crónicas parlamentarias de la historia. Zarco se opuso al golpe de Estado preparado por Félix Zuloaga en contra del gobierno de Ignacio Comonfort, por lo que nuevamente fue perseguido, pero logró escapar.

Poco después Zarco fue a la ciudad de México, allí comenzó a escribir en los periódicos. En 1854 resultó electo diputado al Congreso General de Yucatán. En 1856 se disolvió la conocida Academia de San Juan de Letrán, en víspera de la Reforma, y los escritores más jóvenes se congregaron en El Liceo Mexicano. En ese año Zarco fue elegido al Congreso Constituyente, del que habría de ser uno de sus principales sostenes y su historiador. En tal congreso, no solamente luchó con tenacidad por los principios liberales, sino resultó ser uno de los campeones de la Constitución, que escribió y publicó interesantes reseñas de las memorables sesiones, hasta formar la historia completa de esa época, como documento histórico de derecho constitucional muy importante.

En 1857 publicó en forma de libro esas reseñas del Congreso en una copiosa obra de título: Historia del Congreso Extraordinario Constituyente. Después del golpe de estado de Comonfort, Zarco permaneció oculto en la ciudad de México, publicó una hoja que se llamaba Boletín clandestino y un folleto sobre Los asesinos de Tacubaya. Descubierto por la policía de Zuloaga, fue encarcelado y sometido a tratos inhumanos hasta el triunfo liberal.

Saturday, June 02, 2007
















El tipo al dar vuelta en la esquina ¨quemó llanta¨ con su coche. Pudo percibirse sin embargo en esa rapidez, la sonrisa estúpida del conductor, producto de algún estupefaciente; Otro auto se emparejó y en menos de lo que se los escribo, salio ¨volando¨el cuerpo de un niño, por la ventanilla de un carro a otro. Parecía que se trataba de un juego de rally y de un muñeco, pero no era así... claramente se vio a un pequeño ser humano de carne y hueso que apenas si alcanzó a emitir un grito mezcla de asombro, y miedo, para perderse, autos y hechos en el asfalto... como si no ocurriera jamás...

Friday, June 01, 2007


















Inevitable es, que salga con bolsas de estrellas, marcando caminos para volver...