Sunday, April 25, 2010

Revolución mexicana. I/10

...me olvido de comer... Eso explica mi extrema delgadéz, insisto en culpar a la crisis, pero la verdad sea dicha de esta manera: Es pasión que me agota... leo, escribo, hago apuntes, borro y recomienzo...obsesiva...debo dormir un poco más...
Los libros Tropa Vieja, de Francisco L. Urquizo, Los de abajo, de Mariano Azuela, Cartucho; de Nellie Campobello, México Bárbaro de Jhon K Turner, La Revolución del Desierto Baja California 1911, de Lowell L. Blaisdell, Los Colorados de Arturo Quevedo Rivero y una compilación de escritos del Periódico El Hijo del Ahuzote y de Regeneración, asi como las numerosas cartas desde su prisión en Leavenworth, Kansas de Ricardo Flores Magón a María Broussé, —su otra mitad—, y a una joven admiradora de Nueva York, Ellen White. Toda esa lectura han ayudado a formarme mi propia opinión de la Revolución Mexicana que les compartiré en 10/10 post en este Blog.
Estoy centrada en el tema de la Revolución para poderla entender y conocer mejor a los personajes que en ella intervinieron. Las mujeres participantes me trajeron a acá y a la inútil búsqueda de mi abuelo revolucionaria, quizá enterrado en fosa común.
Algunas cosas curiosas, es lo que encontré, otras increibles. El Internet no es puntual del todo, pero es de gran ayuda, sobre todo el Youtube, donde se recrea el pasado ante nuestra vista... y a pesar de eso, permanecemos inmóviles, extrañamente quietos.
Quizá deba salir a ver si salió el sol o si los vecinos siguen en su cotidiano hacer, pero no... y aunque muchas veces me pregunto para qué, sigo hurgando en aquelllos sin miedo que hicieron la Revolución y se queda la pregunta en la mente: Qué nos pasó, por qué hemos cambiado tanto de aquellos que nos enseñaron a morir con honor y dignidad y a veces con una sonrisa por haber cumplido con la conciencia y su sentido social.

He visto a Pancho Villa llorar tres veces. ¿Lágrimas de cocodrilo? El coyote llora cuando va a morder, aunque he de decir que cuando murió su Siete leguas, pude entender, el caballo era uno de sus pocos amigos. Tenía seguidores, tiene detractores, hay quien lo ensalza o lo desacredita, pero lo valiente nadie se lo quita.
Pero he de contarles que si tuvo aspiraciones políticas, pero no se dio el tiempo ni la circunstancia. Si acaso ocupó un interinato corto como Gobernador de Chihuahua. Como lo lees. Y por cierto, de todas las facciones revolucionarias, los villistas fueron mercenarios de la revolución.
Las revoluciones se hacen con armas, y para ello se necesita dinero. Cuando era un simple bandolero, todo era por su cuenta y riesgo; al inicio de la Revolución en 1910, se apalabró con un potentado traidor a la Revolución, Francisco I. Madero y si son observadores, verán que los villistas nunca tuvieron aspecto de mal comidos ni mal vestidos. Ni aún en 1915, conocido como el año del hambre. En cierta forma fueron mercenarios de la Revolución, sin demeritarlos.
Cuando estuvo en el Gobierno Francisco Villa, imprimió sus propios billetes, firmados por él, cualquier coleccionista podrá constatarlo. No invento. Le admiro no arrastrar con los Dorados a las mujeres. La caballada no fácilmente se conseguía y también por estrategia, asi tenían mejor movilidad en aquella escarpada región norteña.
El vulgo insiste en que le cortaron la cabeza para llevársela a Estados Unidos y allá analizarla... jaja... Somos mejores cuentistas que los que inventaron a Adán y Eva. La realidad es que al igual que Benito Juárez García, le hicieron una carilla y es lo que exhiben en el vecino país, al que por cierto, no fue único mexicano que se atrevió a desafiar el territorio. Anteriormente lo hizo el tenebroso Santa Ana, con distintos propósitos y otro ilustre, casi desconocido Juan Nepopucemo Cortina Goicochea, (Juan Cortina) el llamado Bandido Rojo de la frontera de Brownsville, Texas a mediados del Siglo XIX.
He de insistir, por aquello del asunto tan controversial de los Filibusteros, (supuestamente nadamás en Baja California), que tanto Madero y Villa, tenían en sus filas asesores y revolucionarios extranjeros. El General Viljoen y Giussepe Garibaldi entre muchos bien intencionados...
Aunque desde los inicios del levantamiento de 1910, —que no el primero— en Chihuahua Abraham González llamó a Villa y en reunión con Madero, le plantearon lo sustentado por el Partido Anti- Reeleccionista, a partir de lo cual Francisco Villa se mostró fiel a Madero quien se hacía llamar La esperanza de México. ¿Les suena conocido el eslogan?
Pero siempre fue, el Centauro, el de los trabajos sucios, por explicarlo de alguna manera. Hombre a carta cabal, eso si... aunque muy sensible y lloroncito...

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