Una vez, —no es cuento, es algo cierto— pasé muy tempranito frente a una Maquiladora y me extrañó mucho ver a un tipo tomar fotografias a dos mujeres que salían de trabajar del turno de la noche; trataba de que ellas no lo vieran a él...
Todo fue tan rápido que ni vi para donde se fue, despues de hacer aquello...
Primero pensé en Detectives tras la huella de infieles, pero no cuadraba nada, y deseché ese pensamiento, todavia no imagino bien a bien el hecho. Se fue sin que ellas se dieran cuenta y no me quise quedar con el cargo de conciencia, las alcancé y les expliqué lo que sucedió sin que ellas lo notaran.
Su reacción fue de susto mayúsculo. Ojalá hasta ahí haya llegado esa historia...
A las afueras de una Escuela Preparatoria esperaba a alguien, cuando un tipejo con estampa de malandrín, abordaba a una muchachita sola; el instinto me hizo señalar al Guardia de la Institución lo que ocurría y seguramente frustramos un acoso a aquella menor que nos narró el escalofrio que sintió cuando el tipo se acercó a pedirle la hora en un lugar solitario y oscuro...
Salió de estampida cuando se dio cuenta de la presencia del guardia y ya no le vimos ni el polvo, pues se fue corriendo como gacela.
Me pidió el otro día, un hombre joven, 5 pesos prestados, en las inmediaciones de una Casa de Cambio. Le pregunté cuando me los pagaría pues yo dudaba en aquella ciudad extraña volverlo a encontrar y entonces me cambió el cuento, dijo que lo habian deportado de USA y entre la empleada de la Casa de Cambio y yo, lo mandamos en dirección de la Casa del Migrante...vimos su cara de frustración y supimos que mentía...
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