Cosmopolitanas

Bajé las escaleras del Metro pensando en lo fascinante de esta ciudad metropolitana. Me detuvo la turba, los gritos, una fenomenal bronca en los pasillos de aquella estación.
Los del Orden nos obligaron a seguir nuestro camino, por donde ellos señalaban, no por donde nos concernía.
...hasta los andenes del túnel, mientras esperaba ese transporte, se escuchaban los gritos, predominando el de algunas mujeres: déjalo, déjalo, no lo golpees...! Miren...! -gritaba- miren a este gobierno represor...
No me pongo de un lado ni de otro. El desempleo, el hambre, los vuelve comerciantes ambulantes, en pequeño. Vagoneros.
Les quitó la policia su mercancía. En otras ocasiones ya he sido testigo de esto en la gran ciudad. Quién tiene la razón? La Ley o el hambre?
Fui afortunada porque me tocó asiento. Un niño con una coloración terrosa en el rostro, sin zapatos, como zombi, sin hablar, recorría los pasillos del vagón con un vaso en la mano, seguro queria monedas...
En el trayecto entre las estaciones de Polanco y Auditorio, una pareja explicaba que no venian a robar, sino a solicitar nuestra ayuda para su hijita que colgaba de la cangurera de la joven, mientras el muchacho, de un liacho con pedacería de vidrios, lo ponia sobre el suelo y sin camisa se recostaba como fakir...ante la mirada reprobatoria de muchos. No vi que nadie les diera una sola moneda.
La mitad de los pasajeros que iban sentados dormitaban. Hice mi buena obra del dia. Grité: Señor...! llegamos... imaginando al pobre tratando de adivinar cual era la via sin electrificar para poder salir de la estación guardavagones. Alguna vez alguien me platicó que se quedó dormido y que el vigilante del lugar le pedía dinero para indicarle el rumbo de cuáles eran las que no tenian electricidad.
Pero no todo es negro. Finalmente desalojaron la madriguera de viciosos que vivian y se drogaban a la vista de todos en Barranca del Muerto. Le dieron un nuevo aspecto despues de años.
Ojalá tambien en la alcantarilla de Filomeno Mata ya no duerman aquellos niños de la calle, que ya serán hombres si es que han logrado sobrevivir...en esta selva humana.