Sunday, October 18, 2009
Libros, binomio de un solitario.
En la casa materna nunca hubo libros para leer. Me refiero a la lectura por placer. Esa carencia me ha hecho tener fijación por ellos, y es enorme el gusto que siento cuando me los regalan.
No, no es mi cumple y a la espera de ser leídos, ahora tengo —afortunadamente— seis libros.
Inicie la lectura del poemario inédito Ombligos (está bien chingón) de mi amigo virtual de Lima, Perú, Pablo Martie quien recien estuvo en Tijuana en un Encuentro de Escritores.
Lilia me da la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz para reeleerla, reentenderla. Jorge Ochoa y Jorge Ortega prometen llenar mis dias de poesía con Monichi y Ajedrez de polvo respectivamente. Los Herederos del Viento de Miguel Prisco marcarán mi ruta. Cristina Peri Rossi habrá de confidenciar acerca de su Solitario de amor. Y en especial Ami Tan me adentrará sin duda alguna en El Club de la buena estrella. Cómo sentirse solo y triste nadie en este otoño, rodeada de amigos libros, hermanos escritores.
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