Estrés

Días de miedo y angustia; diciembre y enero me significan la muerte de mi hermana, el año pasado el de mi hermano, el anterior mi cuñado y uno antes el de mi mamá. Sucesos dolorosos.
El dolor fisico en el costado, hombro y brazo izquierdo me preocupa. La fatiga es evidente, casi no camino por estar atrapada ante el monitor. Hoy tomé un microbus (por cierto me equivoqué de ruta), me gusta constatar lo que Isabel platicó: se nos olvida el humor de la gente, su olor a humanidad. Observo sus caras interesantes. Puedo adivinar (o inventar) sus historias. La del chofer angustiado escuchando por el radio que en 3 minutos debe llegar a tal o cual punto de chequeo, donde el inspector hace su rutina. Entiendo por que esa locura de correr, llegar, regresar. Se lo exije el patrón.
El idioma del cuerpo de los transeúntes, la expresión de su cara siempre te dice algo, sin hablar... Adivino, comparto su cansancio, y hasta su melancolía. Mi mamá les habría recomendado vestir de rojo, como lo hacía conmigo cuando era niña, como tratamiento a la tristeza (la traigo cargada desde entonces) me vestía con ropa roja, creia que ese color ayuda al ánimo.
Llego a donde voy y la primera sorpresa es mi presión arterial, pero bueno, no pude inventar sentirme realmente mal. Me sube a la báscula la enfermera y !por Dios, 72 kilos! 10 más de los normales que debo tener.
El escrutinio médico resulta relajante por la noticia: me informa que tan sólo es estrés mi dolor en el costado izquierdo.Increible lo que puede hacer la presión de la vida diaria.
Lava mucho? me preguntó para mi acumulada sorpresa
No mucho —es mi respuesta—
—Hace mucho trabajo fisico?
Ahora si me deja con la boca abierta el Médico
R-r-realmente noo...
Tiene depresiones?
A estas alturas si que me sacó la risa! No tenía mucho tiempo, por las cosas que debo y quiero hacer, asi que me retiré. Prometí hacerme los análisis que ordenó, aunque sigo pensando que pagué consulta porque me echara el piropo de que no represento la edad que tengo...