La paz que no se asienta en la justicia social no es tal. Pero, que esperar del estado si quienes lo componemos no somos lo suficientemente capaces de exigir con firmeza los derechos de la mayoría. El arma más potente es la educación y en eso América Latina está a una era de atraso; a los intelectuales que en los setenta levantaban la bandera popular hoy se los rotula de retrógrados y parece que ser progre es sinónimo de indiferente.
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La paz que no se asienta en la justicia social no es tal. Pero, que esperar del estado si quienes lo componemos no somos lo suficientemente capaces de exigir con firmeza los derechos de la mayoría. El arma más potente es la educación y en eso América Latina está a una era de atraso; a los intelectuales que en los setenta levantaban la bandera popular hoy se los rotula de retrógrados y parece que ser progre es sinónimo de indiferente.
Abrazo y buena semana.
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