Apenas cedo a la locura de lo cotidiano y de acoplarme -sin mucha dificultad- a esta ciudad, recorriendo Polanco y la Condesa, me llenaría la vida vivir por ahí, aunque mi condición económica no me lo permite y al llegar a casa encuentro la noticia de que tengo que regresar...
Disfruto el que estén las mayorías de vacaciones.
Asi como fui en Estados Unidos con los Mormones, de investigadora dijeron ellos, acá voy a probar suerte en los castings... ya esta echada...
No dejo de escribir, me acompaña mi libreta. Aspiro la fetidéz de las coladeras de la gran ciudad, la palpo toda.
Esta´ la Feria del libro y como apéndice, algunos libreros de Donceles están instalados en camellones de la Condesa y hacia allá me encamino, tengo un encargo: La raza co'smica, de Vasconcelos; No la encuentro por el momento, pero como soy de lo peor, con mis últimos 50 pesos compro un poemario de Roberto Cabral del Hoyo, paisano que en coincidencia es el abuelo de un conocido poeta de la Paz, BCS.
Himno negro
Edgar Allan, se copulan
juntos mi cisne y tu cuervo
Boguemos hacia la muerte.
Salud y salud. Boguemos.
Ginebra. Despues ajenjo
Despues...ajenjo y ginebra
La sangre que se me acaba
Y hay tanto pulpo sediento
!nunca! !Ya nunca! !Ese nunca!
Círculo. Límite. Techo.
Edgar Allan, ¿en qué antro
me conocieron tus versos?
Cabral del Hoyo. Zacatecano.
Dentro del libro, hay dos poemas mutilados, recortados con tijera a propósito, pero encontré en una pequeña hoja suelta este anónimo:
He conservado intacto
tu paisaje
Pero no se
hasta donde
está intacto
sin vos...
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