Mi mejor creación

Fue involuntario, de una inconsciente necesidad afectiva, puede decirse que
hasta anormal. Pero dentro de la psicología nada escapa al estudio de la conducta humana. Cuestión de imaginación, de capacidad de proyectar en otro ser las propias carencias o actitudes incapaces de aceptar.

Se reconoce la primera infancia como el tiempo donde suele suceder que inventamos seres, animales u objetos que no existen, para satisfacer nuestra carestía amorosa. Recordé al sobrinito de una amiga. Tenía un amiguito imaginario. Hablaba con él y lo llamaba por su nombre -que inventó también-. Hasta que un día desapareció de su vida, pero aún lo recuerda. Fue su compañero en momentos de soledad.

Los que hablan solos, que alguna vez me sorprendieron; sobretodo en las grandes ciudades, “inventan “ su propio mundo por la dificultad que les resulta vivir en éste.

Así fue, declaro. Imposible acallar los anhelos.

Ahora, aceptar la situación y entenderla me salva…

Supe que algún día tendría que explicarme y explicar...es el caso.

Me sentí enamorada. Sufrí y lloré, para asombro de muchos que me conocían bien. Yo tan ecuánime…

¡Amaba a alguien a quien no conocía, ni conozco, pero quise y creí conocer ¡ Estar en los límites de la tercera edad no es nada fácil. Esto que me sucedió es parte de esa resistencia.

Amor por internet. Con el peligro que conlleva. En la mayoría de las veces, un autoengaño.
Ha sido mi mejor creación.