Soy la noctámbula de la cuadra; cuando todos duermen para mi es vigilia, estoy alerta, como si esperara a alguien... Tiene 24 horas el televisor encendido, es mi compañero, a veces me detiene y comparte alguna historia, mientras descansan mis sueños que no cesan.
Los relojes se han quedado sin bateria, me percato que hay muchos en mi entorno desbalanceado a causa de esta obsesión por el tiempo y muchas veces inaudito, los movimientos del monitor y la pantalla amiga, son los únicos que cuentan segundo a segundo que las horas se van l-e-n-t-a-m-e-n-t-e. susurran: camina conmigo. Vámonos, no te quedes varada, no te canses de vivir.
El aliento impulsa a seguir, aún sin esa pasión tan necesaria, y que he puesto en todos y cada uno de mis momentos luminosos, cuando vibro y acepto a plenitud mis ciclos vitales. El insomnio es una señal avizora del idioma sabio del cuerpo.
Cuando decimos pretensiosos que algo es para siempre, es un largo camino que nunca termina, que cansa, seguro es hora de tan sólo vivir la vida, eso es lo que haré mañana cuando amanezca...
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