Fue un dia tranquilo, aire fresco en el rostro; desayuno frugal; rico omelett de huevo con queso gratinado, bañado en salsa y jugo de naranja...interrupción de los sagrados alimentos via telefónica por dos ocasiones, de desconocidos: me interrogan amablemente si ya acudí a votar...
Fue despues de la Birria, que traje a casa de con Don Chicho, cuando busqué el número de mi casilla.
Tres casillas electorales cercanas. Una ubicada sobre la carretera, con regular número de votantes. Otra donde se nota una cola enorme, parecida a los peores días del cruce en las líneas peatonales México-USA, -que no me correspondía- y finalmente, la de la Escuela, donde predominaban las representantes femeninas con camisetas rojas, que se encargarían de cuidar el voto emitido por nosotros los vecinos...la mayoría mandará y será responsable de los seis años de gobierno siguientes...
Tranquila, nutrida, respetuosa jornada, contraria a la basura que se aventaron los candidatos que no han recogido su propaganda. Siguen los banderines amarillos, rojos y blancos, en toda la ciudad, así como fotos decoloradas por el sol...
Cuando sepa quien ganó, decidiré si hago planes para cambiar de país...
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