Mujeres solas

¡…Ya basta de dejarnos solas! No manden a nuestros hombres a las guerras ni les laven el cerebro para el sacerdocio, bastantes varones se pierden en la violencia del hambre y llenan las cárceles del planeta.

Jamás lo diré, ¡nunca! quien de mis amigas recurre a la tecnología y visita los Sex-Shop. Triste me parece recurrir a fríos contactos. Yo le recomiendo buscar pareja si es tanto el apremio, y contesta que todos los solteros que conoce tienen novio…

De seguir así de grave este asunto, no respondo por el destino del planeta, habrá violencia femenil, ginecoide, violaremos hombres para perpetuarnos. Grupos minoritarios de lesbianas y maricas tendrán que apoyarnos so pena de dejarlos sin madre y sin hermanas…

Trabajamos y mantenemos a nuestras familias, treinta de cada cien se iguala, tienden a rebasar la producción en las empresas. Educa, protege, mantiene y ama, pero necesita su natural par. De seguir todo igual, seremos cada vez más en el descontento.

Ya basta de bailar entre nosotras, sin pareja para el tango apretadito —de ladrillo pues—siguiendo a la descompasada música, mujeres solas, todas muy solas… ¡alcémonos a protestar!

Gritemos a los Hombres del Poder, que paren las guerras, paren la violencia, abajo el Vaticano, ya no mientan, Jesús si fue muy hombre, amó a Magdalena; que pare todo, es ahora lo único que cuenta…

Prelados, sin mujer, retorcidos y obscenos, sé de buena fuente que despiertan en sus mañanas con normales erecciones, prestos a poblar el mundo y la Biblia les pide tirar su semen en la tierra y con ello la caricia y el calor humano también se pierde y yo pregunto ¿a que vinieron a este mundo? Mejor se hubieran quedado en ese cielo, que prohíbe, castiga y juzga. No más sermones que de tabernáculos provengan…