Otros 10 ejecutados; decapitaron a dos |
TIJUANA. Con ocho muertos en forma violenta –entre los cuales hay dos decapitados– se alargó ayer la cadena de asesinatos terroríficos, derivada de la pugna entre bandas de nacrotraficantes que libran una batalla decisiva por el control de la plaza. La cifra se elevó a 44, a partir del domingo anterior. Cinco cadáveres fueron arrojados sobre la banqueta, en la esquina de calle Santa Teresita y avenida de Los Héroes, colonia Buena Vista, alrededor de las 4:40 de la madrugada. Tres tenían la cabeza sobre el arroyo y uno hacia la pared; el otro estaba tendido en el pavimento. Todos ellos llevaban surcos en el cuello, lo que hace pensar que fallecieron por estrangulación. Vecinos del lugar reportaron a la Policía Municipal de Mesa de Otay que en ese lugar, frente al predio número 619, yacían varios cuerpos sin vida, los cuales presentaban profusas huellas de violencia. Tenían el rostro cubierto con cinta adhesiva de color gris, mismo material con que les ataron las manos y las extremidades inferiores, a la altura de los tobillos, también aseguradas con cordones elásticos. Junto a uno de los cadáveres había una bolsa de polietileno, y en su interior un par de tenis. Peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado estimaron que cuatro de los difuntos contaban de 30 a 35 años de edad, y uno, de 35 a 40. Todos son morenos, tres de complexión delgada y dos obesos. En un principio llegó a pensarse que uno de estos últimos podría ser el empresario transportista Gregorio Barreto Luna, secuestrado la madrugada del miércoles, pero por fortuna resultó negativo. DOS DECAPITADOS El caso más sobresaliente fue el de dos hombres decapitados cuyos cuerpos fueron encontrados al filo de las seis de la mañana, en la esquina de Venustiano Carranza y Gustavo Díaz Ordaz, colonia Guadalupe Victoria, también en jurisdicción de Mesa de Otay y a sólo unas cuadras del primer evento. Sus cuerpos estaban envueltos en bolsas de polietileno negras y encima de ellas, las cabezas ensangrentadas. Entre los cuerpos, abandonados frente al predio número 63, se encontraba una cartulina con una fotografía donde aparecen cuatro individuos. Uno de ellos está encerrado en un círculo, con el siguiente escrito: “Julio César Salas o M-4. Aquí está tu gente, Ingeniero, y sigues tú, M-4”. Se calcula que una de las víctimas contaba de 50 a 55 años y la otra, de 35 a 40. UN ENCAJUELADO Al filo de las once de la mañana fue hallado al cadáver de un hombre de casi 40 años de edad, dentro de la cajuela de un automóvil Volkswagen Jetta 1997, negro, con placas 4ROE325, abandonado frente al centro comercial Plaza Charmín, en la esquina de bulevar Fundadores y calle Rosarito, fraccionamiento Rubí. El vehículo tenía las puertas semiabiertas y por eso llamó la atención de unos vecinos, quienes sospecharon que podría estar relacionado con la comisión de algún ilícito. Sus temores se confirmaron minutos después, cuando oficiales de la Policía Municipal de San Antonio de los Buenos abrieron la cajuela y encontraron el cuerpo únicamente vestido con bóxer azul, a rayas. Posteriormente personal de la Unidad Orgánica de Homicidios Dolosos determinó que llevar el carro al Servicio Médico Forense (Semefo), para extraer el cadáver, que a simple vista no tenía huellas de sangre, por lo que se cree que también fue estrangulado. La PGJE informó que de los 36 ejecutados a partir del domingo anterior –aparte de los de ayer–, 26 ya fueron identificados. (rmm) |
Saturday, October 04, 2008
Mientras el gobernador de Baja California sonríe y construye carreteras...
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