Què importa el tiempo, si doblo, volteo y recomienzo la actividad de pensar en las esquinas quimèricas de noches sin sueño, descuido el equìvoco de los mortales, y desecho recuerdos, aligero el viaje; soy èter, instante y reflejo.
A mi vuelo, medito y detengo, aùn sin reconocerme, observo el nìtido espejo.
Quiero ser dos, pero soy sòlo una, vigilante, apacible y lo acepto y asi logro el concilio de abrazar ùnicamente yo, a mi amado morfeo
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